Autores: Enzo Sauma, Sonia Vera, Karim Osorio, Deinny Valenzuela
Revista: Energy Efficiency (2016) 9:699–721
Abstract
Hoy en día, muchos países están promoviendo medidas de eficiencia energética (EE) como parte de su estrategia energética. Entre los objetivos buscados con estas acciones se está produciendo una disociación entre el crecimiento económico y el consumo de energía, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles como fuente de energía primaria y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. La medición de los efectos directos, indirectos y de los beneficios compartidos de los programas de EE es crucial. Sin embargo, en la literatura y la práctica actual, las evaluaciones de los programas de EE se han centrado en impactos directos (es decir, impactos cuyos ahorros de energía pueden cuantificarse directa e instantáneamente) debido a su objetividad y simplicidad para poner las evaluaciones en un marco de costo-efectividad.
Por otra parte, varias metodologías de evaluación que estudian los efectos indirectos de los programas de EE sólo se centran en identificar los efectos y cuantificar una representación de los efectos en términos del número de actividades desarrolladas o del número de personas que asisten a eventos de capacitación o difusión de EE. Algunas pocas metodologías existentes evalúan correctamente los efectos indirectos de las medidas de EE, pero a menudo requieren un presupuesto significativo. Proponemos una nueva metodología para evaluar los impactos de los programas de EE, centrándose especialmente en los efectos indirectos (es decir, los efectos a largo plazo sobre el uso de la energía), que son adecuados para los programas de bajo presupuesto. Nos centramos en esos efectos indirectos que tienen la capacidad de movilizar ahorros de energía a largo plazo mediante transformaciones en los mercados de energía. Intentamos medir el ahorro de energía potencial futuro que es sostenible a largo plazo debido a una transformación de comportamiento de los mercados de energía. Para medir estos efectos indirectos, se utilizan tres ejes: presencia, valoración y capacidad de movilización. Esta metodología se aplicó a 12 programas de EE (implementados durante 2011 y 2012 en Chile) para obtener su evaluación de impacto indirecto.