A fines de la década pasada, por primera vez el porcentaje de población urbana superó a la población rural, y se proyecta que llegará a un 66% de la población mundial el año 2050 (United Nations, 2014). En varios países de Latinoamérica la población urbana ya superó el 80%; en el caso de Chile desde la década de 1940 traspasó este umbral, estimándose que al año 2020 alcanzará el 87% de la población nacional (INE, 2004). Esta explosión demográfica urbana se intensificará en las grandes ciudades, aunque las evidencias demuestran que las ciudades de tamaño medio son las que crecerán a mayores tasas (Henríquez, 2014).
Tanto las metrópolis, como las grandes y pequeñas ciudades, constituyen espacios de enorme relevancia para determinar el nivel de sustentabilidad de los espacios habitados, especialmente ante escenarios de cambio climático (CC). En este marco, se debería generar un mayor conocimiento por parte de las autoridades, la comunidad científica y la sociedad en general, sobre el comportamiento de los climas y los fenómenos climá- ticos propios de las ciudades, tales como las islas de calor, inundaciones, eventos meteorológicos extremos, entre otros, para sustentar medidas y estrategias de mitigación/adaptación climática.