El cambio climático está modificando la forma en que diseñamos y operamos la infraestructura hídrica, incluidos los embalses. Un problema particular es que las normas actuales de gestión de infraestructuras y embalses probablemente funcionarán en condiciones cambiantes diferentes a las utilizadas en su diseño. Por lo tanto, existe una gran necesidad de identificar la obsolescencia de las reglas de operación actuales bajo el cambio climático, sin comprometer el tratamiento adecuado de la incertidumbre. Reconociendo que la toma de decisiones se beneficia del conocimiento científico