El cambio climático representa un desafío significativo para los proveedores de agua potable a nivel mundial y para los marcos regulatorios que deben considerar decisiones de inversión a largo plazo. Enfrentar un clima inestable requiere ajustes en las regulaciones y nuevas inversiones. La inversión necesaria para mantener un nivel de servicio seleccionado debe equilibrar el riesgo de activos varados de alto arrepentimiento con las consecuencias políticas y socioeconómicas de no satisfacer la demanda de agua.
En los últimos años, la Ciudad de Santiago en Chile ha experimentado eventos de sequía asociados con el cambio climático, los cuales podrían agravarse en el futuro. El marco regulatorio chileno para el agua potable no considera la incertidumbre en el diseño de infraestructuras para enfrentar los posibles impactos de estos eventos. Este estudio presenta un proceso de diseño de opciones de adaptación que considera múltiples escenarios futuros plausibles afectados por el cambio climático, incluyendo tanto medidas estructurales como no estructurales.