La agricultura de regadío en las zonas mediterráneas enfrenta enormes desafíos debido a su exposición a la variabilidad hidroclimática, la creciente competencia por el agua de diferentes sectores y la posibilidad de un cambio climático. En este contexto, la gestión eficiente de los recursos hídricos emerge como un tema crítico. Esto requiere la adopción de innovaciones tecnológicas, inversión en infraestructura, arreglos institucionales adecuados y tomadores de decisiones informados.