Se requieren fuertes disminuciones en las emisiones de gases de efecto invernadero para cumplir con la trayectoria de reducción resuelta dentro del Acuerdo de París 2015. Sin embargo, incluso estas disminuciones no evitarán el estrés y el daño a la vida en la Tierra, y se necesitan medidas adicionales para aumentar la resiliencia de los ecosistemas, salvaguardar su vida silvestre y proteger su capacidad para suministrar bienes y servicios vitales.