1. Iniciokeyboard_arrow_right
  2. Extensiónkeyboard_arrow_right
  3. Publicaciones de extensiónkeyboard_arrow_right
  4. Temperaturas extremas en la Región Metropolitana, un recuento hasta el último verano

Temperaturas extremas en la Región Metropolitana, un recuento hasta el último verano

Año

2025

Categoría

Cambio climático, Clima, Conciencia pública, Estimación Temperatura, Eventos extremos, Impactos del cambio climático, Zona centro

Autores

David Morales, Paula Toledo, Sebastián Vicuña

Abstract

Contexto

La organización mundial meteorológica (WMO, por sus siglas en inglés) ha confirmado que el 2024 fue el año más caluroso registrado de acuerdo con seis bases de datos internacionales (Organización Meteorológica Mundial [OMM], 2025), y que los últimos 10 años componen la lista de los 10 años más calurosos registrados a la fecha. La temperatura promedio global estuvo 1,55°C por sobre el promedio de temperatura del periodo preindustrial (1850-1900) considerado como periodo de referencia de las condiciones climáticas históricas. Sin embargo, este aumento en el promedio no es homogéneo, por el contrario, va acompañado de un aumento en los eventos extremos, como lo son las olas de calor.

Los efectos de los eventos de calor extremo son diversos, pero sin duda uno de los más importantes es su impacto en la salud de las personas. Las olas de calor pueden causar síntomas leves como dolor de cabeza y agotamiento, hasta accidentes cerebrovasculares y golpes de calor que pueden llegar a ser mortales, además de poder exacerbar condiciones médicas preexistentes (Campbell et al., 2018). Un estudio del impacto de las olas de calor en la salud en Chile (Palmeiro et al., 2024) estimó 584 y 245 muertes en exceso durante las olas de calor de 2017 y 2019, respectivamente.

En ese sentido, se entiende como ola de calor a un periodo de tres o más días consecutivos con temperaturas que superan un umbral predefinido, el cual varía según la región y el método en que este se calcula. Así, con el propósito de caracterizar las olas de calor en la región metropolitana, se ha realizado un ejercicio con la información disponible en tres estaciones representativas: Quinta Normal, Eulogio Sánchez Tobalaba y Cerro Calán, todas distribuidas en el eje central de la región (Figura 1). Estas estaciones son de larga data, incluso con registros desde antes de 1900 para la estación Quinta Normal. Esta a su vez reporta datos diarios desde 1914, pero se consideró 1950 su año de partida. En el caso de la estación Eulogio Sánchez Tobalaba comienza sus registros en 1968, mientras que la estación Cerró Calán lo hace desde 1976. Las tres estaciones reportan información hasta el día de hoy.

Para detectar eventos de olas de calor, se consideró para las estaciones Quinta Normal, Eulogio Sánchez Tobalaba y Cerro Cálan un umbral[1] de 31,2°C, 31,8°C y 30,8°C, respectivamente. Vale decir, si la estación sobrepasa su umbral por 3 días consecutivos o más, ya se habla de una ola de calor.

Para efectos del presente reporte, el análisis se efectuó desde enero de 1990 hasta febrero de 2025.

Figura 1: Ubicación de las estaciones meteorológicas en la Región Metropolitana.


[1] Se considera como umbral el percentil 90 de las temperaturas máximas en el periodo analizado. Un percentil es una medida de posición que indica en qué proporción de la información se encuentra un valor puntual. En este caso, un percentil 90 indica que el valor indicado corresponde al del 90% acumulado desde el valor más bajo registrado.


Métodos

Se estudiaron los registros de cada estación por separado y una combinación de los valores de las estaciones. Esta serie combinada se elaboró a partir de la máxima temperatura de alguna de las tres estaciones registrada para un día en particular. El umbral de temperatura para la serie combinada es de 31,9°C. Como puede haber días sin datos, se utilizaron técnicas de relleno estadístico que permitieron completar las series de forma robusta.

Para comparar el cambio histórico de las olas de calor hay que comprender tres conceptos: La frecuencia, que es el número de olas de calor que existe (en un año); la persistencia, que corresponde al número de días que dura la ola de calor; y la intensidad, que se refiere la máxima temperatura registrada en algún momento de la ola de calor.

Para efectos comparativos, se ha dividido el periodo en dos partes. El primero entre 1990-2007 y el segundo entre 2007-2024. De esta forma, en la Figura 2 (que representa la evolución que han tenido los tres indicadores durante el periodo 1990-2024), en el gráfico superior (a) se puede ver un alza en la frecuencia anual de las olas de calor. Para el periodo 1990-2007 la frecuencia anual promedio era de tres olas de calor al año, mientras que para el periodo 2007-2024 la frecuencia ha sido de cinco olas de calor al año. Destacan los años 1999 y 2007 únicos años en que una de las estaciones (Quinta Normal Santiago) no registró olas de calor.

Resultados

De mantenerse esta señal se proyecta que cada 10 años habría un incremento de una ola esperada por año. En el gráfico del centro (b) se aprecia el resultado más interesante de todos: la persistencia promedio de las olas de calor. Para el periodo 1990-2007 la persistencia fue de cuatro días promedio por año, mientras que para el periodo 2007-2024 la persistencia ha sido de cinco días promedio por año sobre el umbral definido para cada estación. Sin embargo, si analizamos únicamente los últimos tres años (2022, 2023 y 2024), el promedio anual de la persistencia promedio de las tres estaciones es de siete días. Al hacer un análisis individual tanto la estación Eulogio Sánchez Tobalaba como la estación Quinta Normal Santiago reporta una persistencia promedio de seis días, mientras que la estación Cerro Calán registro una persistencia promedio de ola de calor de nueve días.

En el gráfico (c) de intensidad de la Figura 2 se observa un leve, pero sostenido aumento de la temperatura a lo largo de todo el periodo. La tendencia promedio indica un aumento de 0,3 °C cada 10 años. Si bien este aumento no parece alarmante, hay que considerar que, si se mantiene la tendencia de la persistencia, la duración de las olas de calor será mayor, y un aumento de 0,3°C por varios días no pasará desapercibido.

Figura 2: Gráfico de tendencias de la frecuencias, persistencia e intensidad de las olas de calor en el periodo 1990-2024.

En la Tabla 1 se muestran las tendencias esperadas por década para cada una de las variables. Si consideramos estas tendencias desde un punto de vista estadístico, se puede evaluar significancia, vale decir si efectivamente es posible que estos patrones ocurran. De acuerdo con los cálculos estadísticos los valores de intensidad y persistencia del periodo 2007-2024 no son significativos y podrían ser mera casualidad. La frecuencia de las olas de calor, en cambio, sí tiene significancia. Esto indica que la frecuencia de las olas de calor en el periodo 2007-2024 es altamente probable que sea el resultado de la tendencia del periodo 1990-2007.

Tabla 1: Tendencia anual de los indicadores de frecuencia, persistencia e intensidad de acuerdo con el periodo 1990-2019

EstaciónFrecuencia 
(n° olas de calor/década)
Persistencia
(días/década)
Intensidad
(°C/década)
Quinta Normal Santiago+0,9+0,4+0,4
Cerro Calán+1,3+0,6+0,3
Eulogio Sánchez Tobalaba+1,0+0,5+0,3
Máx. Estaciones+1,2+0,7+0,3

A partir de los resultados presentados es probable que en próximos años exista un aumento no solo en la cantidad de olas de calor que se tienen al año, sino que también en la duración de las mismas. Si consideramos que se esperan 5 olas de calor al año de una duración promedio de 5 días, esto significa que habrá 25 días al año, casi un mes, con temperaturas que superen el percentil 90 respecto del periodo 1990-2019.

Si analizamos el trimestre de los meses más calurosos (diciembre, enero y febrero), al comparar los indicadores promedio del periodo 2007-2024 con los indicadores promedio de los últimos tres meses (diciembre de 2024 y enero y febrero de 2025), es posible apreciar que existe un aumento del número de olas de calor y de su persistencia, tal como se espera, mientras que la intensidad disminuye un 0,1°C. Es importante destacar que estos valores son promedios, ya que en el trimestre 2024-2025 la estación Eulogio Sánchez Tobalaba registró temperaturas mayores al umbral entre el 23 de enero y 9 de febrero, es decir, que tuvimos una ola de calor de una duración de 18 días. Por otra parte, la estación Quinta normal registró una ola de calor de 17 días desde el 24 de enero al 9 de febrero.

Tabla 2: Indicadores de frecuencia, persistencia e intensidad para el trimestre diciembre-enero-febrero del periodo 2008-2004 y 2024-2025.

EstaciónN° Olas calorPersistencia (días)Intensidad (°C)
2008-20242024-20252008-20242024-20252008-20242024-2025
Eulogio Sánchez Tobalaba455733,933,8
Quinta Normal Santiago465734,434,3

Conclusiones

Si bien los efectos más graves a la salud son producto de temperaturas extremas que elevan la temperatura corporal por sobre los 38°C, cuando esta excede la temperatura óptima de nuestro organismo (36,6°C a 37°C) las personas tienden a sufrir disconfort térmico[1]. En Chile, el Reglamento Sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo (MINSAL, 2019), establece límites permisibles para la exposición ocupacional al calor, no obstante, solo aplican para actividades laborales realizadas a la intemperie. Para lugares de trabajo como oficinas no existen disposiciones que fijen mínimos y máximos de temperatura, es más, ni siquiera se ha determinado un sistema de medición de la conformidad térmica. Sin embargo, de acuerdo con el artículo 184 del Código del Trabajo, el empleador está obligado a adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus dependientes. Cumplir con esto, cuando no se tienen estándares, es un desafío para los empleadores ya que el concepto de “confort térmico” describe el estado mental de una persona en términos de percibir un ambiente demasiado caluroso o frío, por lo que hay un componente subjetivo que no debe pasar desapercibido.

No obstante lo expuesto, las olas de calor y los eventos de temperatura extrema en general plantean desafíos en varios ámbitos. Por ejemplo, el aumento en la demanda de energía para enfriamiento, incentiva, en teoría, el uso de tecnologías limpias y renovables. Además, se presentan oportunidades para mejorar la infraestructura urbana, ya sea incorporando mayores áreas verdes o utilizando materiales que favorezcan la refrigeración natural. En ese sentido, dado que estos eventos pueden ser previstos, invitan al desarrollo de tecnologías eficaces de alerta temprana que a su vez deben verse complementados con mejoras en la infraestructura sanitaria para minimizar el impacto sobre todo en poblaciones de riesgo, como por ejemplo adultos mayores de 80 años.


[1] Sensación de malestar que se produce cuando la temperatura ambiental es muy alta o muy baja.


Referencias

Campbell, S., Remenyi, T. A., White, C. J., & Johnston, F. H. (2018). Heatwave and health impact research: A global review. Health & place, 53, 210-218.

MINSAL. (2019). Decreto N° 594 de 1999, “Reglamento Sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo”, actualizado el 20 de junio de 2019. https://bcn.cl/26jqh

Organización Meteorológica Mundial. (10 de enero de 2025). La Organización Meteorológica Mundial confirma que 2024 fue el año más cálido jamás registrado al superar en cerca de 1,55 °C los niveles preindustriales. https://wmo.int/es/news/media-centre/la-organizacion-meteorologica-mundial-confirma-que-2024-fue-el-ano-mas-calido-jamas-registrado-al.

Palmeiro, Y., Bocher, M., Chandler, R., Valdivia, G. & Cifuentes, L. (2024). Impacts of heatwaves on population health in Chile: evidence and recommendations. Centro UC Políticas Públicas.